lunes, 20 de junio de 2011

Gredos

La vertiente sur de la sierra de Gredos se alza desafiante sobre las mesetas manchega y extremeña. Sus desniveles de 2000 m presentan un interesante reto montañero para quienes quieren alcanzar las cumbres más elevadas. Acercarse a Gredos desde el sur es como visitar montañas nuevas: el paisaje, los pueblos de sus laderas, el carácter de la montaña… todo eso no tiene nada que ver con lo que uno se encuentra por la otra vertiente.

La actividad que me propuso mi amigo Harry no fue moco de pavo: realizar una travesía que, saliendo desde el Puente Pinillo nos llevase hasta la Portilla Bermeja siguiendo el camino del tío Domingo, atravesar la base del Almanzor hasta el Venteadero y bajar por la Garganta de Tejea, por la que desembocaríamos de nuevo en el Puente Pinillo, donde habíamos dejado el coche. 1800 m de desnivel de subida y otro tanto de bajada para dos jornadas y media de actividad. Esta actividad puede plantearse para dos días, con la paliza que ello implica. Nosotros nos lo planteamos con un poco más de calma, que bastante estrés hay ya durante la semana…


Acepté sin dudar un instante la proposición y el viernes por la tarde salí de ese infierno de ruido, chulería y contaminación, también conocido como Madrid, para poner rumbo a Navalmoral de la Mata, nuestro punto de encuentro. Desde allí fuimos hasta en Raso (hay un castro que merece la pena visitar) y tras seguir por una pista forestal que puso a prueba la maltrecha amortiguación de Xsarita llegamos al puente Pinillo. Carga de mochilón y a tirar pista forestal p’arriba, hasta llegar a unos llanos cómodos para pasar la noche, situados donde termina la pista. Desde allí nos quitamos unos 200 m de desnivel, pero conviene seguir subiendo durante más o menos una hora más, hasta llegar a unas praderas muy cómodas, con agua a mano, además nos habremos quitado un buen desnivel, lo que agradeceremos el día siguiente.

Fuente de Majalvenero, el último punto donde encontramos agua hasta pasar a la vertiente norte. Conviene abastecerse bien aquí.



La segunda jornada fue toda de subida, con pocas treguas. El camino del tío Domingo sube hasta el collado de la Barra, y sigue por lo alto del cordal de manera bastante cómoda hasta el Sillao de la Peña de Chilla. En este punto nos adentramos en terreno más agreste... jejeje, los últimos 400 metros de desnivel van a hacerse duros de pelar, pero el esfuerzo merecerá la pena cuando lleguemos a la Portilla Bermeja y nos asomemos al Circo de Gredos.


Ante nosotros, los metros más duros de la ascensión.



Pasando el Risco Redondo

Desde la Portilla Bermeja subimos hacia nuestra izquierda por un terreno un poco caótico de grandes bloques de granito que bordea el Almanzor por la vertiente sur y nos lleva hacia la Portilla de los Cobardes, y tras bordear el Cuchillar de Ballesteros, a la portilla del Venteadero. Aprovechando que el tiempo era excelente, no hacía nada de viento y teníamos agua cerca decidimos dormir en ese collado, un balcón privilegiado desde el que se domina gran parte del macizo principal de Gredos.

La Portilla Bermeja.


La Portilla del Venteadero, donde pasamos la noche.




Los últimos rayos del sol bañan las agujas de los Hermanitos.


Preparando el vivac.



Al día siguiente, desde el Venteadero ponemos rumbo a la garganta de Tejea, bordeando por abajo los riscos del Gutre y llegando a la Portilla de Cinco Lagunas. Desde allí seguimos con tendencia a bajar, como yendo hacia la garganta de Bohoyo, pero al llegar a una valla de piedra la seguiremos en dirección a los Castillejos. A partir de aquí la bajada no es evidente, hace tiempo existía un camino que bajaba hasta el río, pero se encuentra perdido. Nosotros tuvimos que atravesar un buen tramo de piornales, pero posiblemente si hubiésemos seguido un poco más por la cresta, hasta los riscos del Joral, la bajada habría sido más cómoda, pero no es seguro. Llegando al cauce del río podremos encontrar hitos que nos encaminen hacia el sendero que baja. Al principio no son muy abundantes, pero a medida que lleguemos a zonas más transitadas los seguiremos con cierta facilidad. Más o menos hacia la mitad de la garganta hay una majada, a partir de la cual conviene prestar especial atención al camino, puesto que se pierde fácilmente y podemos vernos metidos en una auténtica jungla de helechos. El camino discurre a media ladera, no pierde mucha altura y va a dar a un puente, que lo cruzamos y nos encaminamos directamente hacia el Puente Pinillo.

Cinco Lagunas.


Hacia el collado de Bohoyo.


Habitantes de Gredos.


El inicio de la Garganta de Tejea.


Durante las interminables subidas a uno se le pasan por la cabeza muchas cosas, y siempre hay alguna canción que se repite una y otra vez. No está mal eso de tener el spotify metido en las neuronas, uno se ahorra el cargar con el mp3. Comparto con vosotros algunos temas de la ecléptica banda sonora que me acompañó:







lunes, 13 de junio de 2011

M (interludio)

M se va a tomar unas vacaciones, mientras decide si viene o va, si sube o baja de la montaña. Tiene que aclararse un poco, pobrecilla...




A ver si a lo largo de esta semana pongo una entrada sobre la vertiente sur de Gredos, sus brutales desniveles e interminables gargantas.